Hay momentos en los que el otoño de mi vida se asemeja al invierno, mi existencia se me antoja yerma, marchita..
Cuando toco fondo y el desánimo me invade suele surgir una nota de color que me recuerda que la belleza no sólo está en un vergel de tonalidades; una flor, una simple flor asomándose entre las piedras de un erial me enseña que si luchas puedes conseguir un rayo de sol.
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